viernes, 3 de septiembre de 2010


Al borde de la extinción mundial en los 60, la población de vicuñas va recuperándose en la Argentina, según revela el primer censo nacional de camélidos silvestres. Presente en los Andes desde el norte de Perú hasta San Juan, la vicuña fue una presa importante para la población nativa.La vicuña fue cazada sólo por su extraordinaria fibra, cuyo kilo en bruto se cotiza a 900 dólares. Los pueblos precolombinos atrapaban a las manadas en un corral, esquilaban a las vicuñas y las liberaban; una práctica que, en la Argentina, fue retomada en los últimos años.
La vicuña fue declarada en peligro de extinción. El Convenio para la Conservación y el Manejo de la Vicuña ayudó a su relativa recuperación: en 1984 se calculaba que había unas 55.000 en la región. Ahora, el primer censo en la Argentina mostró la existencia de 72.678 ejemplares.
El relevamiento confirmó que la creación de áreas protegidas ha servido para aumentar la población de vicuñas. "Para el guanaco, hay que evaluar la posibilidad de crear zonas especiales para su conservación -propone Baigún-. No se trata de expulsar a la gente, sino de que empiece a ver a los camélidos silvestres como una potencial ayuda para sus actividades económicas. De acá a 50 años: si se recuperan las vicuñas, los lugareños tendrán un recurso más".

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